martes, abril 7

Primer año de Perfidia


Un año, aún no sé con exactitud de qué, si de éxitos, historias, sobrevivencia, fiestas locas, arranques de semana tranquilos, fines de semana apoteósicos, amigos que se van, amigos que regresan y por supuesto de amigos nuevos, sin duda un año entero de ratio adecuatio res o como diría mi difunta abuela, "de irse haciendo a la idea". 

Nunca logré entender por completo el trasfondo de las sabias palabras de la abuela, no sé bien si su frase encerraba una conminación a la resignación, o un exhorto al temple ante la impronta de un destino manifiesto, en palabras de los teóricos latinoamericanos del siglo pasado, que en formulaciones no de la abuela, pero sí de sus primeras hijas, es decir mis tías, era algo así como: "aguántese, no sea vieja" (es menester acotar que las mujeres de mi familia no son precisamente defensoras de la equidad de género, al menos no las que nacieron durante la primera mitad del siglo pasado) o "a lo hecho pecho" o "ya dios nos puso en este camino" o, que sin duda era la peor de todas las exégesis, "sólo dios sabe porqué hace las cosas"; aunque debo confesar que yo me inclino a creer que mi abuela intentaba ir más allá de las cortas miras de su progenie y lo que realmente pretendía decir cuando hablaba de "irse haciendo a la idea", era un mensaje que con mucho celo había encriptado para el enriquecimiento de sus nietos una vez que hubieran dejado de lado sus mocedades, y que por supuesto hubieran heredado un poquito de la sensibilidad de Hermes, debo hacer un alto y aclarar que no estoy implicando que yo poseo lo necesario para desencriptar los misterios de la abuela, digo, uno nunca sabe en qué momento uno de los primos va a leer este blog. No obstante a todo puedo aventurarme a esbozar una interpretación del "irse haciendo a la idea", y antes de que este post pierda su necesaria brevedad, tal y como lo recomienda mi webmaster (Leonardo T.), y parezca más una poema al estilo homérida, creo que mi abuela era una estoica de corazón, y nunca lo expresó pues de alguna forma sabía que eso la alejaría de su gente amada. 

Entonces, podríamos decir que acabamos de cumplir un año de ir templando nuestro estoicismo, lo cual no nos hace felices y tampoco tristes, sino todo lo contrario.

Un beso a todas y a todos